miércoles, 28 de diciembre de 2011
lunes, 26 de diciembre de 2011
En Espera del Amor
Si tengo seguridad en mí misma, en mi potencial y en lo que valgo como mujer, yo sé que tarde o temprano encontraré el amor que tanto estoy esperando.
No voy a precipitarme, seré paciente, esperaré por el amor correcto, esperaré a estar segura de que es él.
Confío en que Dios tiene alguien especial para mí.
¿Crees que tu corazón está preparado para recibir el amor? ¿Has perdonado? ¿Ya sacaste de ti todo el rencor que guardabas de aquella última relación que te dejó hecha pedazos.
Si todavía conservamos tristes recuerdos, si aún no hemos podido sanar aquellas profundas heridas que dejaron nuestro corazón infectado de mentiras, engaños, celos, traiciones y maltratos… entonces nos será difícil recibir un compañero sentimental que nos llene de felicidad, que nos apoye en todo momento y nos ame de una forma incondicional.
Para recibir el amor del hombre que Dios tiene para ti, debes primero perdonarte a ti misma sin culparte, limpiar y renovar tu alma aceptándote y valorándote como un ser que es digno de amar y merece ser amado. Y si con ello mantienes la esperanza en que todo en tu vida mejorará, a pesar de las pruebas que enfrentes, al final habrá una recompensa para ti.
Mujeres que anhelamos ser amadas: debemos ser pacientes en la espera.
Dice un adagio muy popular que “la desesperación es parte del fracaso”… entonces, ¿por qué nos desesperamos? Dios tiene un plan perfecto con cada una de nosotras, él todo lo hace a su tiempo, él nos prepara para recibir un amor sin manchas, un amor verdadero, permitamos que sea él quien tenga el control de nuestra vida.
En nuestras relaciones, solemos ir de fracaso en fracaso, muchas veces por temor a la soledad, porque no concebimos unas semanas, unos meses, unos años sin tener a un hombre a nuestro lado. Y por eso tendemos a elegir mal…
Tú que quieres ser bendecida con un gran hombre, espera la promesa en el Todopoderoso, a él es quien debemos dejar que obre de manera perfecta en nuestra vida. Él sabe qué nos conviene y qué no, y lo más hermoso es que nos prepara para recibir a ese hombre que al igual que nosotras desea experimentar un amor sin condiciones, basado en la confianza, comprensión, en la unidad, en la comunicación y en los pequeños detalles que fortalecen y avivan toda buena relación.
A ti hermosa mujer que espera el amor, te invito a que descargues tus cargas y miedos en Dios, que sabrá prepararte, porque él desea que tanto tú como tu pareja disfruten un amor correspondido, donde la felicidad no sea una quimera, sino toda una realidad.
Cree en el amor, porque sí existe. Y espera paciente en él.
Fuente: Toda Mujer es Bella
Autor: Carolin Guzmán
¿Cuando llegará el amor?
“¿Por qué no me llega el amor?”
Por la desesperación y desconfianza de que el amor nos llegue, acabamos recurriendo a estrategias de separación, de soledad, a la evasión de nuestros innegables deseos de compañía. Buscamos en cada rostro con la esperanza en firme y de tantos fallidos candidatos; nos cansamos, nos alejamos, nos deprimimos y listo. Muere al amor. Entra la desesperanza, la soledad como mejor arma para enfrentar nuestro rumbo. Aisladas del amor.
Es difícil aceptar que esta actitud no nos conduce a nada. Lo sabemos en el fondo de nuestra alma, pero nos cuesta entender porqué esa visión de amor que tuvimos no la tenemos presente día a día, compartiendo momentos de alegría, tristezas y conversaciones con la persona amada. Cuesta enfrentar el porqué no se están juntando nuestras realidades formando un universo de amor y comprensión en un espacio intimo.
• Pero la realidad es que simplemente, esa persona que no toca aún nuestra puerta, no lo hace porque no estamos preparadas para recibirlo.
Cada ser que conocemos, nos lleva a un mundo distinto, nos enseña cosas grandiosas del universo, cosas hermosas del amor. Nos deja enseñanzas, aunque hayan dolido al entregárnoslas, aunque hayan partido después de regalarlas.
“La experiencia me enseña… y me prepara para ti, mi futuro amor.”
Todo esto nos prepara cada día un poco más para ese ser que descubrirá nuestra alma, para ese ser con quien podremos ser nosotras mismas. Nos dispone para ese ser con quien no existirán máscaras y que logremos así, que él, tanto como tú, desee complementar su vida con cada trozo de la tuya. Con cada error del pasado, con cada éxito, con cada momento del presente que transcurrirá día a día, crecerá en amor y moldeará un futuro juntos. Convirtiéndose uno, en nuestro futuro.
Tal como somos, con defectos y virtudes, esa persona especial estará en nuestra vida, pero sólo llegará en el momento preciso. Un ser maravilloso de ojos resplandecientes como su alma, con quien cada engranaje de nuestro mundo solape a perfección en la vida de él. Con quien los defectos se transformen en detalles creativos del ser, con quien deseemos ser mejor personas, crecer, evolucionar, simplemente para poder tocar un mejor mundo junto a él. Y, claro está, esta transferencia de energía y felicidad, sea mutua.
¿Cuándo llegará?
Es una pregunta que constante nos hacemos. Pero también es simple de responder: Sólo cuando Dios considere que estamos preparadas para valorar el obsequio que nos entregará. Cuando dispongamos de mente y cuerpo para disfrutar a plenitud el maravilloso acto de amar, cuando los rencores formen parte de un pasado lejano, cuando tengas en tu ser tanta paz y amor, que puedas manejar la trasformación que llegará a tu vida.
Mientras, sólo hace falta tener la fe de que ese encuentro llegará. Y no aislarte a esa posibilidad, porque es absolutamente real, conseguir esa persona con quien puedes volar al descubrir que la felicidad que posee tu ser interno, al compartirla, al obsequiarla, trae aún más felicidad. La paciencia y el amor, solo son virtudes que se desarrollan, al usarlas.
Espera con cautela, espera con devoción, sana tu alma y tu cuerpo en unísonos. Pero un día, no muy lejano en tiempo y vida, encontrarás que ese ser que imaginaste siempre, tendrá aún más cualidades, más enseñanzas y más amor que dar, que todo el que tu idea mental programó para ti.
Fuente: Toda mujer es bella
Autor: Belkys Llovera
sábado, 24 de diciembre de 2011
En esta Navidad
En esta navidad, no importa el daño que algunas personas nos hicieron…
EL AMOR CURA LAS HERIDAS DEL ALMA Y EL PERDÓN LAS CICATRIZA…
No hay que guardar rencor en el corazón, la falta de perdón envenena…pero el perdón es amor, y en esta navidad, anda e invita a subir a el tren de la vida a quienes te hicieron daño…
Perdona y serás perdonado!
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Huele a ti, huele a eternidad
miércoles, 14 de diciembre de 2011
La Flor nace para ser Flor
Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla.
Pueden pasar a su lado cientos… miles… Algunos ni siquiera se percatarán de su existencia. Otros no encontrarán en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la contiene...Habrá quienes pensarán solo es una flor más. Aún tal vez aparezcan los que le dedicarán un par de miradas atraídos por sus colores y seguirán su camino…
Pero en algún momento aparecerá quien no la considere una flor más, y tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observándola en cada milímetro, descubra nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus pétalos, y no siga de largo, sino que decida que es una flor demasiado hermosa para no conservarla. Así con profundo cuidado y amor, cavará en torno de su raíz y poniendo todo su cariño y atención la llevará a su propio jardín donde a cada momento pueda tenerla cerca para quererla, apreciarla, dejarse cautivar por ella… para amarla. Y no le pedirá que cambie su color, su forma, su aroma. Ella nació flor. Ella nació así.
Así también tu vida puede ser como esa flor.
Tal vez pasen cientos o miles a tu lado sin percatarse de tus valores, de tus sentimientos, de tu propia existencia. Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria te descubrirá en medio del mundo. Posará en ti sus ojos y te hará parte de su mundo sin que para ello debas cambiar o mostrarte en forma distinta. Alégrate de haber nacido como eres y espera la llegada de ese gran día.
Fuente: Zen
viernes, 9 de diciembre de 2011
martes, 6 de diciembre de 2011
Si alguien ama a una Flor...
lunes, 28 de noviembre de 2011
Almas Gemelas
Hay alguien especial para cada uno de nosotros.
Pertenece a distintas generaciones y viaja a través de los mares, del tiempo y de las inmensidades celestiales para encontrarse de nuevo con nosotros.
Proceden del otro lado, del cielo. Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón lo reconoce, porque lo hemos amado en los desiertos de Egipto,iluminados por la luna y en las antiguas llanuras de Mongolia.
Con el(ella) hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la Antigüedad.
Estamos unidos por los vínculos de la eternidad y nunca nos abandonará.
Es posible que nuestra mente diga: “Yo no te conozco”. Pero el corazón sí le conoce.
Él o ella nos agarran de la mano por primera vez o nos abrazan y el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de los átomos de nuestro ser.
Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos. El corazón nos da un vuelco. Se nos pone la piel de gallina.
En ese momento todo lo demás pierde importancia.
Puede que no nos reconozcan a pesar de que finalmente nos hayamos encontrado otra vez, aunque nosotros sí sepamos quiénes son. Sentimos el vínculo que nos une.
También intuimos las posibilidades, el futuro. En cambio, él o ella no lo ve.Sus temores, su intelecto y sus problemas forman un velo que cubre los ojos de su corazón, y no nos permite que se lo retiremos.
Sufrimos y nos lamentamos mientras el individuo en cuestión sigue su camino. Tal es la fragilidad del destino.
La pasión que surge del mutuo reconocimiento supera la intensidad de cualquier erupción volcánica, y se libera una tremenda energía.
Podemos reconocer a nuestra alma gemela de un modo inmediato. Nos invade de repente un sentimiento de familiaridad, sentimos que ya conocemos profundamente a esta persona, a un nivel que rebasa los límites de la conciencia,con una profundidad que normalmente está reservada para los miembros más íntimos de la familia.
O incluso más profundamente. De una forma intuitiva, sabemos qué decir y cuál será su reacción. Sentimos una seguridad y una confianza enormes, que no se adquieren en días, semanas o meses. Pero el reconocimiento se da casi siempre de un modo lento y sutil.
La conciencia se ilumina a medida que el velo se va descorriendo.
No todo el mundo está preparado para percatarse al instante. Hay que esperar el momento adecuado, y la persona que se da cuenta primero tiene que ser paciente.
Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento podemos llegar a reconocer a un alma gemela.
Sus manos nos rozan o sus labios nos besan, y nuestra alma recobra vida súbitamente.
El contacto que nos despierta tal vez sea el de un hijo, hermano, pariente o amigo íntimo.
Puede tratarse de nuestro ser amado que, a través de los siglos; llega a nosotros y nos besa de nuevo para recordarnos que permaneceremos siempre juntos, hasta la eternidad.
- Brian Weiss
miércoles, 23 de noviembre de 2011
La Flor y la Mariposa
Cierta vez, un hombre pidió a Dios una flor y una mariposa. Pero Dios le dio un cactus y una oruga. El Hombre quedó triste, pues no entendió por qué su pedido llegó errado. Luego pensó: Con tanta gente que atender. Y resolvió no cuestionar.
Pasado algún tiempo, el hombre fue a verificar el pedido que dejó olvidado.Para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacido la más bella de las flores y la horrible oruga se transformó en una bellísima mariposa.
"Dios siempre hace lo correcto. Su camino es el mejor, aunque a nuestros ojos parezca que todo está errado."
Si pediste a Dios una cosa y recibiste otra, confía. Ten la seguridad que ÉL siempre dará lo que necesitas en el momento adecuado.
No siempre lo que deseas, es lo que necesitas.
Como Dios nunca falla en la entrega de sus pedidos, sigue adelante sin dudar ni murmurar.La espina de hoy... Será la flor de mañana.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
La Leyenda del Sol y la Luna
Dios creó a la Luna, y creó al Sol. Bastó que la Luna y el Sol se vieran por un breve instante para enamorarse perdidamente el uno del otro.
Pero Dios decidió que el Sol iluminaría el día, y la Luna, la noche. Siendo así, estarían obligados a vivir separados. Les invadió una gran tristeza cuando se dieron cuenta de que nunca más se verían... Dios, viendo esto, los llamó y les explicó: " No deben estar tristes, pues ahora ambos tienen un brillo propio"
Tú, Luna, iluminarás las noches, encantarás a los enamorados y serás protagonista de bellos poemas. En cuanto a tí, Sol, serás el más importante de todos los astros, ¡el Astro Rey!, iluminarás la tierra durante el día, darás calor al ser humano, y tu simple presencia hará a las personas más felices ".
La Luna lloró amargamente, y el Sol, al verla sufrir tanto, le pidió a Dios que los ayudara de alguna manera. Dios creó entonces a las Estrellas, para acompañar a la Luna. Hoy, ambos viven así separados.
El Sol finge que es feliz, pero arde de pasión por la Luna, y la Luna no consigue disimular su tristeza, vive en las tinieblas de su añoranza.
Dicen que la orden de Dios era que la Luna debía ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió. Porque la Luna es mujer, y la mujer tiene fases. Cuando es feliz consigue ser llena, pero cuando no lo es, mengua y pierde su brillo.
Un día Dios decidió que ningún amor del mundo sería del todo imposible. Ni siquiera el de la Luna y el Sol. Fue entonces cuando creó el Eclipse. Desde entonces , Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos.
A partir de ahora, cuando miren al cielo y vean que el Sol cubre la Luna, piensen que se están amando. En esos momentos se aconseja no mirarlos directamente, pues su amor es tan, tan grande, que incluso nos podría cegar.
Dios decretó que ningún amor sería del todo imposible.
¿Hay en la Tierra amores como el del Sol y la Luna? Sí, sí los hay . Nunca pienses que tu amor es del todo imposible, recuerda: Dios decretó que ninguno lo sería del todo.
martes, 8 de noviembre de 2011
El amor y el miedo
viernes, 4 de noviembre de 2011
Voces de Crisálidas
Tenía tres años cuando hice el descubrimiento psicológico más importante de mi vida. A esa edad descubrí que, obedeciendo a sus leyes internas, un ser vivo pasa por ciclos de crecimiento, muere y vuelve a nacer como un nuevo ser.
Un día, estaba jugando con mi pipa de mazorca de maíz con la que hacía burbujas mientras ayudaba a mi padre en el jardín. Me gustaba ayudarle porque él comprendía a los insectos y a las flores, y sabía de dónde venía el viento. Cuando encontré un bulto pegado en una rama, papá me explicó que la Oruga Catalina se había hecho crisálida, y me propuso que la lleváramos a casa y la claváramos en la cortina de la cocina. Algún día, de ese bulto iba a surgir una mariposa.
Ya había visto cosas misteriosas en el jardín de papá, pero esto superaba incluso mi imaginación. De todos modos, con mucho cuidado, atravesamos los dos alfileres de la crisálida en la cortina y todas las mañanas bajaba corriendo las escaleras con mi muñeca y mi pipa para mostrarles la mariposa. ¡Pero la mariposa no aparecía! Papá me decía que tenía que tener paciencia. Las crisálidas parecen muertas, pero dentro de ellas se van produciendo cambios extraordinarios. La vida de una oruga es muy distinta de la vida de una mariposa y necesitan cuerpos diferentes. Una oruga sólo mastica hojas; la mariposa bebe néctar.
La oruga es asexuada, casi ciega y tiene que arrastrarse por la tierra; la mariposa pone huevos, y puede ver y volar. La mayoría de los órganos de la oruga se disuelven y el líquido que queda ayuda a que crezcan las alas, los ojos, el cerebro y los diminutos músculos de la mariposa que se va desarrollando. Pero todo el proceso es muy difícil, tan difícil que la criatura no puede hacer nada más en esa etapa. Tiene que quedarse dentro de su capullo protector. Yo seguía esperando que esa oruga perezosa y glotona se transformara en una delicada mariposa, pero para mis adentros había llegado a la conclusión de que papá se había equivocado.
Sin embargo, una mañana, cuando estábamos comiendo nuestro cereal mi muñeca y yo, me di cuenta que no estaba sola en la cocina. Y ahí estaba, con las alas abriéndose todavía, brillando apenas con la luz transparente; era un ángel capaz de volar. Su capullo estaba vacío. Ese hecho misterioso que se produjo en la cocina fue mi primer contacto con la muerte y el renacer.
Años más tarde descubrí que la mariposa es un símbolo del alma del ser humano.
También descubrí que, apenas sale del capullo, la mariposa deja caer una gota de excremento que se ha ido acumulando. Generalmente es una gota roja y, a veces, la mariposa la deja caer en su vuelo. Es así que un conjunto de mariposas pude producir una verdadera lluvia de sangre, fenómeno que despertaba terror y recelo en las antiguas culturas y que en algunos casos daba lugar a verdaderas masacres.
Simbólicamente, para liberar a nuestra mariposa también tenemos que sacrificar una gota de sangre, dejar el pasado atrás y mirar hacia el futuro.
La delicada transformación que se produce en la crisálida es una transformación crepuscular entre el pasado y el futuro. Una parte de nosotros sigue mirando hacia atrás, añorando la magia de lo perdido; otra se alegra de despedirse de nuestro pasado caótico; otra observa hacia delante con todo el valor que logra reunir; otra se entusiasma ante las posibilidades de cambio; otra se queda inmóvil, sin atreverse a mirar en ninguna dirección.
Quienes aceptan conscientemente a la crisálida, ya sea en el psicoanálisis o en su vida diaria, aceptan la paradoja de la vida y la muerte, una paradoja que adopta distintas formas en cada nueva espiral de crecimiento.
En "El viaje de los magos" de T.S. Elliot, uno de los Reyes Magos describe lo vivido en Belén de regreso en su país:
... así que seguimos y llegamos al anochecer, ni un momento antes de tiempo para encontrar el sitio: fue (podría decirse) satisfactorio. Todo eso pasó hace mucho, lo recuerdo. Y lo volvería a hacer; pero escribid. Esto escribid. Esto: ¿se nos llevó tan lejos a buscar Nacimiento o Muerte? Había un Nacimiento, es cierto, tuvimos prueba sin duda.
He visto nacimiento y muerte, pero había creído que eran diferentes; este nacimiento fue dura y amarga angustia para nosotros, como Muerte, Nuestra muerte. Volvimos a nuestros sitios, a estos Reinos, pero ya no más a gusto aquí, en el viejo estado de cosas, con una gente extraña aferrándose a sus dioses. Me alegraría de otra muerte. Si aceptamos esta paradoja, lo que parece ser una contradicción intolerable no nos aplasta.
El nacimiento es la muerte de la vida que conocíamos; la muerte es el nacimiento de la vida que aún no hemos vivido. Tenemos que aceptar esta contradicción y dejar que nuestro círculo se amplíe. Los que nunca salen del capullo; los que encuentran que la vida es “fastidiosa, rancia, vana e inútil” o, como se dice actualmente, “aburrida”, tiene un grave problema.
Sin poder escapar de su inmovilidad, se aferran a sus juguetes de la infancia, se alejan de la realidad actual y se quedan sentados, esperando liberarse del dolor por arte de magia y poder vivir entonces en un mundo “justo y bueno”, un mundo de fantasía que tenga la inocencia de la niñez. Temerosos de abandonar las relaciones que les impiden crecer; temerosos de enfrentarse a los padres, los compañeros o los hijos que siguen teniendo actitudes infantiles, se hunden en la enfermedad crónica o la muerte psíquica.
La vida se convierte en una red de ilusiones y mentiras. En lugar de hacerse responsables de lo que sucede y de aceptar el desafío del crecimiento, se aferran a la estructura rígida que han ido construyendo o que recibieron al nacer. Tratan de permanecer “estáticos”, en una actitud que atenta contra la vida, porque la ley de la vida es el cambio. El quedarse “estático” equivale a la descomposición, sobre todo en el Jardín del Edén.
¿Por qué sentimos tanto temor ante el cambio? ¿Por qué, cuando estamos tan ansiosos por cambiar, nos desesperamos aún más cuando empieza a producirse una transformación? ¿Por qué perdemos nuestra fe infantil en el crecimiento? ¿Por qué nos aferramos a nuestros antiguos lazos en lugar de abrirnos a nuevas posibilidades, al mundo desconocido de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma?
Plantamos grandes bulbos de amarilis. Los regamos, dejamos que les dé la luz del sol, vemos como aparece el primer brote verde, el tallo que se apresura a crecer, las yemas, y luego admiramos las hermosas flores acampanadas que ofrecen un aleluya a la nieve del jardín. ¿Por qué tenemos que tener más fe en un bulbo de amarilis que en nosotros mismos? ¿Será porque sabemos que la amarilis va creciendo guiada por una ley interior, una ley con la que ya hemos perdido contacto?
Si nos damos tiempo para escuchar a la amarilis, podemos vibrar con su silencio. Podemos sentir su eterna quietud. Podemos llegar al fondo del misterio. Y en ese lugar, el lugar de la Diosa, podemos aceptar el nacimiento y la muerte. La bellísima flor va a morir algún día, pero si permitimos que el bulbo repose y lo dejamos en la oscuridad, el próximo año surgirá otra flor.
La inseguridad es la esencia misma del temor ante el cambio. Quienes reconocen su propio valor entre sus seres queridos pueden marcharse y volver sin temor al alejamiento. Saben que los quieren por ser como son. Nuestra sociedad dominada por la informática es fascinante y eficiente, pero está destruyendo cada vez más los auténticos valores humanos. Por muy compleja que sea una máquina, no tiene alma ni se guía por sus instintos. Una computadora pude vomitar todos mis datos personales, pero no puede recorrer los pasadizos subterráneos de mi soledad, ni escuchar mi silencio, ni responder a la sombra que pasa frente a mis ojos. No puede calcular la profundidad y la extensión del alma humana.
Cuando una sociedad se programa deliberadamente de acuerdo con una serie de normas que apenas se relaciona con los instintos, el amor o la intimidad, quienes se deciden a convertirse en individuos confiando en la dignidad de su alma y en la creatividad de su imaginación tienen razón de sentir miedo. Son parias alejados de la sociedad y, en mayor o menor medida, de sus propios instintos. Mientras trabajan en el silencio de su capullo suelen pensar que están locos. También piensan que enloquecerían aún más si renunciaran a la fe en su búsqueda personal. Así como la crisálida estaba prendida a la cortina de la cocina, en la pared de sus habitaciones han clavado un proverbio de Blake: “si el necio persistiera en su estupidez se convertiría en sabio”.....
Fuente: “Los Frutos de la Virginidad”
Autor: Marion Woodman
jueves, 27 de octubre de 2011
La Lección de la Mariposa
-Un día, un hombre caminando se encontro un capullo con una pequeña abertura ; se sentó y observó por varias horas como la mariposa se esforzaba para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero. Al cabo de un tiempo, pareció que ella ya no lograba ningún progreso. Que había ido lo más lejos que podía en su intento y que no podría avanzar más.
Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó una tijera y cortó el resto del capullo. Así, la Mariposa salió fácilmente. Pero su cuerpo estaba atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas.
El hombre continuó observándola porque esperaba que, en cualquier momento, sus alas se abrirían, se agitarían y serían capaces de soportar el cuerpo, el que a su vez, iría tomando forma. ¡Nada ocurrió!
En realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo deforme y alas atrofiadas. Ella nunca fue capaz de volar.
Lo que el hombre, en su gentileza y voluntad de ayudar, no comprendía, era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de la pequeña abertura, era el modo por el cual Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a las alas, de tal forma que ella estaría pronta para volar una vez que estuviera libre del capullo.
Cuánta verdad hay en esto, cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esa tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres. Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego.
Algunas veces, el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra vida.
Si Dios nos permitiera pasar a través de nuestras vidas sin obstáculos, seríamos lisiados. No tendríamos la fuerza que podríamos haber tenido, y nunca podríamos volar.
miércoles, 12 de octubre de 2011
Parejas Sagradas
No he venido a este mundo a cumplir tus expectativas.
No has venido a este mundo a cumplir mis expectativas.
Yo hago lo que hago. Tú haces lo que haces.
Yo soy yo. Un ser completo aún con mis carencias.
Tú eres tú. Un ser completo aún con tus carencias.
Si nos encontramos y nos aceptamos,
Si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias
y de celebrar juntos nuestros misterios
podremos caminar el uno junto al otro
ser mutua, respetuosa, sagrada y amorosa
compañía en nuestro camino.
Si eso es posible puede ser maravilloso
Si no, no tiene remedio.
Autor: Sergio Sinay