jueves, 27 de octubre de 2011

La Lección de la Mariposa


-Un día, un hombre caminando se encontro un capullo con una pequeña abertura ; se sentó y observó por varias horas como la mariposa se esforzaba para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero. Al cabo de un tiempo, pareció que ella ya no lograba ningún progreso. Que había ido lo más lejos que podía en su intento y que no podría avanzar más.


Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó una tijera y cortó el resto del capullo. Así, la Mariposa salió fácilmente. Pero su cuerpo estaba atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas.
El hombre continuó observándola porque esperaba que, en cualquier momento, sus alas se abrirían, se agitarían y serían capaces de soportar el cuerpo, el que a su vez, iría tomando forma. ¡Nada ocurrió!

En realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo deforme y alas atrofiadas. Ella nunca fue capaz de volar.

Lo que el hombre, en su gentileza y voluntad de ayudar, no comprendía, era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de la pequeña abertura, era el modo por el cual Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a las alas, de tal forma que ella estaría pronta para volar una vez que estuviera libre del capullo.

Cuánta verdad hay en esto, cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esa tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres. Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego.

Algunas veces, el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra vida.

Si Dios nos permitiera pasar a través de nuestras vidas sin obstáculos, seríamos lisiados. No tendríamos la fuerza que podríamos haber tenido, y nunca podríamos volar.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Parejas Sagradas


No he venido a este mundo a cumplir tus expectativas.
No has venido a este mundo a cumplir mis expectativas.


Yo hago lo que hago. Tú haces lo que haces.
Yo soy yo. Un ser completo aún con mis carencias.
Tú eres tú. Un ser completo aún con tus carencias.


Si nos encontramos y nos aceptamos,
Si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias
y de celebrar juntos nuestros misterios
podremos caminar el uno junto al otro
ser mutua, respetuosa, sagrada y amorosa
compañía en nuestro camino.


Si eso es posible puede ser maravilloso
Si no, no tiene remedio.


Autor: Sergio Sinay

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...