martes, 11 de diciembre de 2012

Imagina una Mujer



“Imagina una mujer que cree que es correcto y bueno que ella sea mujer. Una mujer que honra su experiencia y cuenta sus historias. Que no acepta cargar con los pecados de otros en su cuerpo y su vida.

Imagina una mujer que cree en su bondad. Una mujer que confía en sí misma y se respeta. Que escucha sus necesidades y deseos y los abraza con ternura y gracia.

Imagina una mujer que cree en su pertenencia al mundo, una mujer que festeja y celebra su propia vida, que se siente alegre de estar viva.

Imagina a una mujer que ha reconocido la influencia del pasado en el presente. Una mujer que ha recorrido su pasado. Que ha sanado su presente.

Imagina una mujere enamorada de su propio cuerpo. Una mujer que cree que su cuerpo es suficiente tal como es. Que celebra su cuerpo como compañero digno de confianza. Y sus ritmos y ciclos como recurso exquisito.

Imagina una mujer que abraza su propia sexualidad como propia, una mujer que se deleita en el placer que se da. Que experimenta todos sus sentimientos y sensaciones eróticas sin vergüenza ni culpa.

Imagina una mujer que honra el rostro de la Diosa en su propio rostro cambiante. Una mujer que celebra la acumulación de sus años y de su sabiduría, que se niega a usar su preciosa energia de vida para disfrazar los cambios de su cuerpo y de su vida.


Imagina una mujer que es autora de su propia vida. Una mujer que imagina la divinidad a su imagen y semejanza. Que diseña su propia espiritualidad y permite que ella le informe su vida diaria

Imagina a una mujer que valora a las mujeres de su vida. Una mujer que se sienta en círculos de mujeres para que se le recuerde su propia verdad cuando la olvide.

Imagina a una mujer sin vergüenza, que esta llena de sí misma, una mujer poderosa que esta despierta a su propia verdad. Una mujer valerosa que ha asumido su justo lugar al lado de los hombres. Una mujer sabia, cuyas creencias respecto a sí misma se reflejan en sus relaciones

Una mujer que inicia, se esfuerza y se mueve en su propio nombre. Que no acepta rendirse, excepto a su Ser más verdadero y a su voz más sabia.

Imagínate a ti misma como esa mujer.”

Tomado de Imagine a Woman in Love with Herself,  (Un Dios que se parece a mi: Descubriendo el rostro femenino de Dios) por Patricia Lynn Reilly, M. Div., (c) 1995 

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